¿Acaso nunca nos vamos a cansar de hacer el ridículo?
¿Cuántas veces has defendido ideales prestados por la necesidad de sentirte parte del todo? ¿Del todo estúpido?
¿No te resulta agotador tener que demostrar constantemente lo convencido que estás de la última tendencia absurda que se evaporará en 48h?
¿Cuántas veces has jurado que todo va a cambiar y lo único que has hecho es reafirmar que todo va a seguir igual?
¿Es posible que después de todo se nos siga escapando la fuerza por la boca?
¿Por qué no probamos a demostrar las cosas con hechos? ¿Por qué no dejamos de pregonar propósitos mágicos y empezamos a practicar eso que se llama valor?
Cambiar cuesta, mejorar cuesta el doble; conseguirlo es una satisfacción triple.
¿Alguna vez te han temblado las piernas antes de lanzarte al vacío? Ahí estabas empezando a cambiar…
¿De verdad es importante esa camisa que llevas o si te faltan 2cm de tacón? ¿Que tienes las puntas abiertas? ¿No ves la brecha que tienes en el cerebro y no te permite pensar con claridad? ¿No eres capaz de ver que lo único verdaderamente importante es eso que se te está escapando entre los dedos mientras intentas mirarte los complejos en el espejo?
Perdona, que quizás estoy siendo política y comunicativamente desastrosa y se te está indigestando la realidad…
Y tú que estás mirando desde el otro lado, ¿te vas a deshacer de todo ya y empezar a vivir o vas a seguir descontando días de vida?
¡Cuidado! Cuando te deshagas de todo, vas a tener que volver a empezar…
HOY SUENA: Expectativas y espejismos - Shinova
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