Realidad: ...loading




        Hace un par de meses estudiaba en Psicología de la Comunicación una corriente filo-psicológica que contraponía realidades y conceptos y terminaba por afirmar que no existe realidad objetiva ni subjetiva sino objetivada; esto es, cada individuo construye su propia realidad según determinados conocimientos previos, experiencias, sensaciones, interacciones, ambientes y estados de ánimo.

Pues bien, a mi me ha tronado en días en los que vosotros os refugiábais de un sol abrasador, he sobrevivido a terremotos interiores con una aparente calma exterior, me ha llovido sin ni siquiera comenzar a calarme; por contra, he aprovechado rayos de sol que aun no existen, me he ido de vacaciones, incluso he dado la vuelta al mundo en estas cuatro paredes con vía de escape planetaria. He redirigido conversaciones que nunca tendré y asistido a momentos que tampoco ocurrirán. He cambiado de color de piel más que un camaleón y perdido células en cada transformación.

Hace un par de semanas me he reencontrado con el Museo Esteban Vicente y le voy a conceder todos mis lunes hasta Junio, al igual que él me acoge y absorbe un trozo de mí. Esta vez se trata de Escritura documental en el cine: “De la idea a la pantalla”. He descubierto Nostalgia de la luz, La espalda del mundo, Nanook y Daguerreotypes. He tenido una sensación desoladora en el desierto de Atacama, he asistido al laborioso trabajo de unos niños en una cantera de piedra de Perú, he aprendido a construir un iglú en una hora y me ha sobrado tiempo para mezclar esencias en una pequeña tienda parisina. Cada uno de estos documentales emplea de manera magistral todos los códigos audiovisuales posibles y muestra una realidad, que nada tiene que ver con la real, ni con la del director, ni con la mía, ni con la del resto de asistentes… ¡Voilà! Está codificada; y objetivada…

Poder transformar la realidad es un lujo y, por qué no, un placer. Es necesaria cierta experiencia en sinsentidos para resultar eficaz en dicho metamorfismo. Ha de requerirse una pérdida casi total de la noción del tiempo, de la sensación térmica y de cualquier estímulo exterior. Se ha de escuchar el silencio, oler el frío, agarrar al viento y conversar con el sol para conseguir una realidad completamente objetivada.

No hay que temer, los cambios son completamente reversibles, inestables y reajustables.

Empiezo a percibir cierta relación entre la frecuencia de abstracciones y el equilibrio emocional…

Ando con el modo hedonista activado, será la vida…













 SUENA: Dirty Paws- Of Monsters & Men "...My head is an animal..."



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