Pactando un futuro imperfecto con las sombras de aquel otoño
que nunca llegó a ser otoño.
Un par de heridas cerradas con astillas que se volvían púas
los días de invierno.
Un futuro que empezó siendo presente muy temprano, simple.
Un par de ilusiones que se convertían en hielo del que se
derrite al final de la copa. Un puñado de propósitos que luchaban con un
batallón de despropósitos cada amanecer en la distancia. Unos cuantos momentos
que se evaporaban sin ni siquiera llegar a calentar. Un golpe fuerte que se
debilitaba antes de haber golpeado, antes del impulso, de la fuerza; antes de
hacerse desgarrador.
Antes. Futuro. Del que arde. Como las tardes. En la piel.
Pasado. Las miradas. A ellas también.
Dosis dolorosas de realidad forzada con ilusiones incompletas que nunca llegarían a ser.
Frío. Confuso. Breve. Cortante. Como el invierno. Como Castilla. Como el hielo de Diciembre. Como sus rayos de sol. Así.
SUENA: Bon Iver - Wash
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